Cuento Clásico Infantil - Jack y los frijoles mágicos

CUENTO POPULAR INGLÉS

Érase una vez un niño llamado Jack que vivía con su mamá. Ellos eran muy pobres y lo único que tenían era una vaca flaca.



Un día la mamá de Jack lo llamo y le dijo:

— Lleva la vaca flaca al pueblo y véndela a un buen precio en el pueblo y con ese dinero que te den compraremos comida.

Jack partió de inmediato. En el camino se encontró con un anciano y le dijo:

—Hola amiguito, ¿a dónde te diriges?

Jack le respondió:

—Me dirijo hacia al pueblo a vender mi vaquita.

—Yo me puedo quedar con la baca. A cambio, te daré estas habichuelas mágicos, ellos te traerán una enorme fortuna —dijo el viejito.

Jack fue corriendo contento a su casa a contarle a su mamá.

—Mira mamá, he cambiado la vaca a cambio de estas habichuelas mágicas.

Su mamá muy enojada, arrojó las habichuelas al jardín y castigo a jack en su habitación y sin cenar.

Cuando Jack se despertó la mañana siguiente, vio a través de la ventana, un enorme tallo que broto de las habichuelas magicas. Movido por la curiosidad, Jack trepó el tallo hasta llegar arriba.

Una vez arriba jack vio un jardin con flores enormes y a lo lejos vio una casa muy grande, fue y toco la puerta y una mujer gigante salio y se asombro.

—¿Señora, puede por favor darme algo de comer?

La noble mujer le dio un trozo de pan y un vaso de leche. Mientras comía, entró el gigante.

Jack estaba aterrorizado y la esposa del gigante le dijo que se esconda en el horno.

El gigante exclamó:

—¡Fi, fa, fo, fum! Huelo el aroma de un niño.

—¡Aquí no hay ningún niño! —dijo la esposa del gigante.

Sin cuestionar a su esposa, el gigante comenzó a ponerse a contar su oro. Luego, tomó una siesta. Jack salió sigilosamente de su escondite, cogió una bolsa de oro y huyo de la casa.

En casa, le dio la bolsa de monedas a su mamá. Ambos vivieron cómodamente por algún tiempo.

Cuando las monedas se acabaron, Jack volvió a trepar el tallo hacia la casa del gigante. La esposa del gigante, ella lo dejo pasar no poco despues el gigante regreso. Una vez más, Jack terminó escondido en el horno. Fue entonces que el gigante exclamó:

—¡Fi, fa, fo, fum! Huelo el aroma de un niño.

—¡Aquí no hay ningún niño! —dijo la esposa del gigante.

El gigante le creyó a su esposa, luego cuando termino de comer le pidió a su esposa que traiga su gallina y el le ordeno a la galina que pusiera un huevo y era de oro, jack sorprendido cuando el gigante se quedo dormido cogió la gallina y huyo con ella.

Al llegar, a casa el y su mamá vivieron cómodamente luego tiempo después jack volvió a trepar y regreso a la casa del gigante pero esta vez entre a escondidas.

Cuando entro se escondio en una olla grande de cobre, un rato después regreso el gigante .

—¡Fi, fa, fo, fum! Huelo a un niño.

Esta vez la esposa quería que lo atrape así que buscaron por toda la casa pero no lo encontraron, después que cenaron el gigante puso un arpa de oro en la mesa y le ordeno tocar y con la música se quedo dormido jack entonces cogio el arpa pero el arpa grito el gigante se desperto.

El gigante sigio a jack cuando estaba bajando y le grito a su madre—Mamá, mamá trae el hacha.

Su mamá trajo el hacha y Jack derrumbó el tallo.

Cayó el gigante tan fuerte que fue a dar al otro lado del mundo.

Jack y su mamá se habían salvado pero se quedaron con la gallina y nunca mas volvieron a ser pobres.