
Mitos y Leyendas - Juanito Manzanasl
CUENTO POPULAREsta es la historia de un hombre que se convirtió en leyenda. Su nombre era John Chapman, pero todos lo llamaban “Juanito Manzanas”.
John Chapman era un hombre muy bueno y amigable que recorrió gran parte de los Estados Unidos de América con nada más que la ropa que tenia puesta, una olla en la cabeza y una bolsa llena de semillas de manzana que había recogido de una prensa de sidra.
En ese momento, los Estados Unidos era un país muy joven; en el Oeste no había grandes ciudades ni escuelas y tampoco manzanos. Él no quería que los primeros pobladores del Oeste, llamados pioneros, crezcan de manzanas y todos los deliciosos productos que se pueden hacer con ellas.
Un día se despidió de su familia y emprendió su viaje Sin zapatos. Él caminó de un lugar a otro, de pueblo en pueblo plantando sus semillas cada vez que se encontraba tierra. Fue así como lo llamaron “Juanito Manzanas”.
—Habrá suficientes manzanas, nadie sentirá hambre— se dijo a sí mismo.
Los pioneros lo observaban pasar, alguna personas lo invitaban a dormir en sus casas para que no pasara frío, pero Juanito no aceptaba:
— No, gracias —respondía—. El cielo estrellado es mi refugio.
Aunque los indígenas eran a veces desconfiados, todos confiaban en Juanito Manzanas. Él les enviaba regalos y historias asombrosas de los pueblos que había visitado y sobre todo… alegría a todos.
Pero Juanito Manzanas no solo era amable con los pioneros y los indígenas, también era muy amable con los animales.
Una tarde, mientras iba por el bosque oyó un aullido de dolor, el sonido lo hizo entristecerse y decidió seguir el sonido. Era un lobo herido que había caído en una trampa de un cazador.
Juanito Manzanas ni bien lo vio lo ayudo al pobre animal, le dio de comer y curo sus heridas. El lobo estaba tan agradecido que empezó a seguirlo a todos lados. ¡Ahora Juanito Manzanas tenía un lobo como mascota!
Pasaron 40 años antes de que Juanito Manzanas dejara de plantar; había envejecido y se encontraba muy enfermo. Las ciudades del Oeste crecieron, había bastantes casas, escuelas, iglesias y hasta carreteras llenas de coches de caballos que transportaban nuevos pobladores y alimentos.
Hasta el día de hoy, los árboles que Juanito Manzanas había plantado siguen floreciendo en la primavera y en otoño siguen brotando de ellos manzanas rojas o verdes, redondas y muy deliciosas.
La gente continúa haciendo jugo, tartas y compota de manzana y los niños tienen frondosos manzanos para trepar o columpiarse. ¡Todo gracias a Juanito Manzanas!
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1 Comentarios
la historia era impresionante y muy bonita,me ha encantado!!!!
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