Cuento Clásico Infantil - La cenicienta

CUENTO POPULAR INGLÉS

Érase una vez, una bella joven que vivía con su madrastra y dos hermanastras que la obligaban a hacer todas las tareas de la casa. La pobre joven tenía que cocinar, limpiar y lavarles la ropa.


Cansada de tanto trabajar, la joven se quedó dormida cerca a la chimenea, cuando se levantó tenia la cara sucia por las cenizas, sus hermanastras se empezaron reír y desde ese momento la llamaron cenicienta.

Un día les llegó una invitación del rey a un baile para celebrar el cumpleaños del príncipe. Todas las jóvenes del reino estaban invitadas y Cenicienta estaba muy feliz. Pero cuando llegó el día del baile, su madrastra y hermanastras le dijeron:

—Cenicienta, tú no irás, te quedarás en casa limpiando y preparando la cena para cuando estemos devuelta.

Las tres salieron hacia el palacio, burlándose de Cenicienta.

Cenicienta corrió al jardín y se sentó en un banco a llorar. Ella anhelaba poder ir al baile. Cuando de repente, apareció su hada madrina y le dijo:

—No llores Cenicienta, tú eres una buena persona y mereces ir al baile.

Agito su varita mágica, el hada madrina transformó una calabaza en un coche, tres ratones en hermosos caballos blancos, y un perro viejo en un cochero. ¡Cenicienta estaba sorprendida!

— ¡Te lo agradezco mucho! —exclamó Cenicienta.

—Espera, no he terminado todavía —dijo el hada madrina.

Con el último movimiento de su varita mágica, transformó a Cenicienta con un bello vestido y un par de zapatillas de cristal,le dijo.

—Ahora podrás ir al baile, pero recuerda la magia solo durara hasta la medianoche.

Cenicienta agradeció mucho al hada madrina y muy contenta se dirigió al palacio. Cuando entró, los asistentes, incluyendo sus hermanastras, no paraban de preguntarse quién era esa hermosa princesa.

El príncipe, muy intrigado como todos los demás, la invitó a bailar. Después de bailar toda la noche con ella, descubrió que Cenicienta no sólo era la más hermosa del reino, sino también la más amable y sincera que él jamás había conocido.

Cuando de repente, escucho marcar el reloj, era la medianoche. Cenicienta se estaba divirtiendo que casi olvida las indicaciones que le dio el hada madrina.

—¡Oh, no!, debo irme— le dijo al príncipe mientras corría fuera del salón de baile. Ella salio con mucha prisa que se le callo una de las zapatillas de cristal en las escaleras.

Decidido a encontrar a la hermosa joven, el príncipe tomó la zapatilla que se le callo a cenicienta y visitó todas las casas del reino.

Cuando el príncipe llegó a casa de Cenicienta, sus dos hermanastras intentaron probarse la zapatilla de cristal pero no tuvieron suerte. Él se encontraba a punto de marcharse cuando escuchó una voz:

—¿Puedo probarme la zapatilla? —dijo Cenicienta.

Cenicienta se probó la zapatilla y le encajo perfectamente. El príncipe sabía ella era la hermosa joven que bailo con el esa noche. El príncipe llevo a cenicienta a su castillo y luego se casaron y vivieron felices por siempre.