Cuento para dormir Infantil - La ratita presumida

CUENTO POPULAR

Érase una vez, una ratita que era muy presumida. Un día cuando estaba barriendo se encontró una moneda y pensó que era lo que compraría.



“Ya sé, compraré caramelos. ¡Oh no!, me doleran los dientes. Pues me compraré pasteles. ¡Oh no! me dolerá la barriga. Ya sé, me compraré un lacito de color rojo para mi rabito.”

La ratita guardó la moneda en su bolsillo y se compro un lacito.

Al día siguiente, la ratita se puso el lacito en la colita y salió para que todos pudieran verla. En eso que aparece un gallo y le dice:

— Ratita, ratita tú que eres tan bonita, ¿te quieres casar conmigo?

Y la ratita le dijo:

— ¿Y por las noches qué me dirás?

—Yo cacareo así: quiquiriquí —respondió el gallo.

—¡Ay, no!, me asustaras —replicó la ratita con un tono muy indiferente.

Se fue el gallo y apareció el perro:.

— Ratita, ratita tú que eres tan bonita, ¿te quieres casar conmigo?

Y la ratita le dijo:

—¿Y por las noches qué ruido haces?

—Yo ladro así: guau, guau — respondió el perro.

—¡Ay, no!, me asustare —replicó la ratita sin ni siquiera mirarlo.

Se fue el perro y apareció el cerdo.

— Ratita, ratita tú que eres tan bonita, ¿te quieres casar conmigo?

Y la ratita le dijo:

—¿Y por las noches qué ruido haces?

—Yo gruño así: oinc, oinc— respondió el cerdo.

—¡Ay, no!, me asustare —replicó la ratita con mucho desagrado.

El cerdo desaparece por donde vino, llega un gato y le dice a la ratita:

— Ratita, ratita tú que eres tan bonita, ¿te quieres casar conmigo?

Y la ratita le dijo:

— ¿Y por las noches qué ruido haces?

—Yo maúllo así: miau, miau— respondió el gato con un maullido muy dulce.

—¡Ay, no!, no me convence.

Se fue el gato y vino un raton

— Ratita, ratita tú que eres tan bonita, ¿te quieres casar conmigo?

— ¿Y por las noches qué ruido haces?

—No haré ningún solo dormiré.

Eso a la ratita le agrado y se caso con el ratón.