Cuento Clásico Infantil - Pinocho

CUENTO POPULAR INGLÉS

Érase una vez un anciano carpintero llamado Gepeto era feliz haciendo juguetes de madera para los niños de su pueblo.



Un día, hizo una marioneta de una madera y decidió llamarla Pinocho. Por la noche, un hada azul llegó al taller del anciano carpintero:

—Buen Gepeto —dijo mientras el anciano dormía—, has sido bueno un hombre de buenos sentimientos, que mereces que tu deseo de ser padre se haga realidad. El hada tocó la marioneta con su varita:

—¡Despierta, pequeña marioneta … despierta! ¡El regalo de la vida es tuyo! El hada le dio vida a Pinocho.

—Pinocho, si eres valiente, sincero y desinteresado, algún día serás un niño de verdad —dijo el hada —. Luego le dio un grillo llamado Pepe Grillo.

—Pepe Grillo — dijo el hada —, debes ayudar a Pinocho. Serás su conciencia y el conocimiento del bien y el mal.

Al día siguiente, Gepeto contento envio a su pequeño niño de madera a la escuela, pero como era pobre, vendio su abrigo para comprar libros escolares:

—Pinocho, Pepe Grillo te guiara en el camino —dijo Gepeto—. Por favor, no te distraigas por el camino y llega a la escuela a tiempo.

Pero pinocho no llegó a la escuela, Ignoro los consejos de Pepe Grillo y vendió los libros para comprar un tiquete para el teatro de marionetas. Cuando Pinocho comenzó a bailar con las marionetas, el titiritero asombrado con las habilidades del niño de madera le preguntó si quería participar en su espectáculo de marionetas. Pinocho aceptó contento.

, Pero las intenciones del malvado titiritero eran diferentes; planeaba hacerse rico con la marioneta con vida. Inmediatamente, encerró a Pinocho y a Pepe Grillo dentro de una jaula. fue cuando entonces pinocho reconoce el error que cometió y se puso llorar. El hada apareció de la nada.

Aunque el hada azul sabia por que estaba atrapado Pinocho, aun así, le preguntó:

—Pinocho, ¿por qué estás en esta jaula?

Pero Pinocho no queria contarle la verdad, fue cuango raro sucedió. Su nariz empezó a crecer más y más. Cuanto más mentia, más le crecía la nariz.

—Cada vez que mientas, tu nariz crecerá — dijo el hada.

—Por favor, haz que se detenga—dijo Pinocho—, prometo no volver a mentir de nuevo entonces el hada lo libero de la jaula.

Al día siguiente, cuando se diriguia a la escuela, Pinocho conoció a un niño:

—Vamos al País de los Juguetes. ¡En este lugar todos los días son vacaciones! —dijo el niño con emocionado—, hay juguetes y dulces. Y lo mejor es que, ¡no tienes que ir a la escuela!

Pinocho Olvido nuevamente los que le dijo el hada y Pepe Grillo, Pinocho fue con el niño al País de los Juguetes. Cuando llego, se divirtió mucho jugando y comiendo golosinas.

De repente, las orejas de Pinocho y de los demás niños del País de los Juguetes empezaron a hacerse muy largas. Por no querer ir a la escuela, ¡se estaban transformando en burros!

Convertidos en burros, Pinocho y los demás niños llegaron a un circo. El maestro de ceremonias hizo que Pinocho trabajara para el circo sin descansar. Una ves alli, Pinocho se lastimó la pierna mientras hacía los trucos enojado, el maestro de ceremonias lo lanzo al mar con Pepe Grillo.

En el agua, el hechizo desapareció y Pinocho regreso a su forma de marioneta, pero una ballena que estaba junto a ellos abrió su enorme boca y se los tragó entero. En la oscuridad del estómago de la ballena, Pinocho lloró mientras que Pepe Grillo intentaba consolarlo. En ese mismo momento cuando vio a Gepeto en su bote:

—Hijo mío, te he estado buscando por tierra y mar y fue cuando la ballena me tragó. ¡Estoy tan alegre de haberte podido encontrar! —dijo Gepeto.

Los dos se abrazaron encantados.

—De ahora en adelante seré obediente—, prometió Pinocho entre lágrimas.

Cuando la ballena se se quedo dormida, Gepeto, Pinocho y Pepe Grillo prendieron una fogata dentro de ella y saltaron de su enorme boca cuando el fuego la hizo estornudar. Luego, navegaron llegar a su casa. Cuando llegaron a su casa, Gepeto se enfermo. Pinocho lo cuido con mucha dedicación.

—Papá, iré a la escuela y trabajaré para llenarte de orgullo— dijo Pinocho.

Cumpliendo su promesa, Pinocho estudió mucho en la escuela. Entonces un día sucedió algo maravilloso. El hada azul apareció y le dijo:

—Pinocho, eres valiente, sincero y tienes un corazón bondadoso y desinteresado, ahora mereces convertirte en un niño de verdad.

Y pinocho se convirtió en un niño de verdad. Gepeto y Pinocho vivieron felices para siempre.